Edward Mordake
fue un hombre que poseía una cara adicional en la parte posterior de su cabeza, que no podía ni comer ni hablar, aunque podía reír y llorar.
Edward rogó a los médicos que le extirparan esta "cabeza demoníaca" porque, le susurraba en un lenguaje satánico por las noches según él, pero ningún médico lo intentó. Se suicidó a los 23 años , colgandose.


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