miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿23 de septiembre? no 3 y 5 de noviembre

noticias
veo que se están multiplicando exponencialmente los artículos reblogueados adscritos a un sugénero "conspiranoico" en auge: el del mensaje oculto que está a la vista de todos, un poco al modo del relato "La carta robada", de Edgar Allan Poe. El máximo exponente de este "modus operandi" (técnicamente, "programación predictiva subl numerosas referencias previas al 11-S difundidas por la industria "illuminati" del entretenimiento, tema al que ya dediqué una entrada previa.






Estos anuncios implantan en el inconsciente colectivo una expectativa que luego sucesos traumáticos confirman. El problema es que solo pueden ser identificados "a posteriori". Así, por ejemplo, el documento de identidad con que aparece Scarlett Johannson en la película "Lucy", ¿anuncia un evento próximo como el de "Neo" en "Matrix" o no significa absolutamente nada?



empezemos,La revista The Economist publicó en enero un número especial titulado "El Mundo en 2015". En la portada son imágenes únicas: Una nube de hongo, la Reserva Federal en un juego llamado "Pánico" y mucho más.donde pueden ocurrir cosas entre el 3 y 5 de noviembre
vean las imagenes y voy a colocar un video con la explicacion de la imagen esperon que saquen sus propias conclusiuones.

El misterio de la web A.L.I.C.I.A

al entra a la página no escucho nada, y sólo veía un texto en rojo, de lo que me pareció ser portugués, entendí varias palabras pero no me era suficiente, y la ausencia del audio me dejó más en suspenso, así que me fui a la pc, y abrí la página ahí, Ahora aparecía ''A.L.I.C.IA'' y una cuenta atrás.



Al pasar el puntero del mouse este se tornaba a la barra de inserción de texto en lugar de la característica flecha, hice doble click y se marcó una palabra, así que marqué toda la página, esto es lo que apareció...




En pc, el audio ya se podía escuchar, era un audio al parecer distorsionado (que original), en el cual se pueden escuchar un bebé llorando, una lavadora, unas voces, golpes, gritos, una puerta que rechina y al final un grito de mujer y lo que parece ser un golpe muy fuerte o un disparo, luego un corto silencio, abajo pondré el link del audio.


EXTOS OCULTOS DE ABAJO

Atraia nossa atenção, a nossa atenção atrai o medo.
"Si atraes nuestra atención, nuestra atención atrae miedo".

Ao terceiro toque do martelo, estando tudo justo e perfeito, eu declaro o início do augusto, respeitoso e simbólico ritual do silêncio.
"Al tercer anillo del martillo, cuando todo sea justo y perfecto al comienzo de agosto, el ritual respetuoso y simbólico del silencio comenzará".

Busca a verdade? Ela está em sua face. Vossa face é de medo? Então aceite a morte... Ou vossa face apresenta um sorriso? Assim como nossa pergunta apresenta-se escondida, a verdade estará tão quanto. NA MORTE SE VERÁ A VERDADE, AO AMANHECER O SILÊNCIO ABRIGARÁ A ALMA DOS INCONFORMADOS. A escuridão ganha vida, podemos então ver nossos medos na luz. Será a luz, o alimento do mal? Precisaria o mal da luz para te atormentar?
"¿Buscas la verdad? Está en tu cara. ¿Tu rostro muestra una mueca de miedo? ¿Le temes a la muerte o sonríes ante ella? Nuestra pregunta presenta un dilema oculto. LA MUERTE SE VERÁ ANTE LA VERDAD, EL SILENCIO DEL AMANECER ABRIGARÁ EL ALMA DE LOS INCONFORMES. La oscuridad se llenará de vida y entonces podremos contemplar nuestros miedos a la luz. ¿Será la luz mala? ¿Te atormentará?"


TEXTO OCULTO ARRIBA

Insistem em nos chamar... Testamos constantemente a vontade daqueles que nos desacreditam, não, não é por necessidade de provar nossa existência, é para provar a diposição que todos tem de obedecer. Pessoas são fracas, mas de um modo adverso, passam a serem fortes sentados em um computador.
"Insisten en llamarnos... constantemente damos pruebas a aquellos que nos desacreditan. Pero no, no hay necesidad de demostrar nuestra existencia, es imposible probar que cada uno tiene que obedecer. La gente es débil pero se creen fuertes por estar detrás de una computadora".

Convidamos então a mente desses fracos, a expandir.. Sua recusa o leva a morte, mas é inegável a sede que gera aqueles que o nosso desafio, vence. Apenas um jogo?
"Ofrezcamos a las mentes débiles expandirse, pues sus negativas a hacerlo los llevan a la muerte. Es innegable que genera sed aquellos que desafían nuestras victorias. ¿Sólo un juego?"


Não.. Isso não se trata de um jogo, se trata do inimaginável, de 33 pessoas e 01 líder, mostrando aos escolhidos, que a luz jamais vencerá a escuridão, a lei universal. O sol com todo o seu brilho e grandeza, é ofuscado pela escuridão que lhe engole.

Quem luta com monstros deve velar por que, ao fazê-lo, não se transforme também em monstro. E se tu olhares, durante muito tempo, para um abismo, o abismo também olha
para dentro de ti.

"No, esto no es un juego. Se trata de lo inimaginable. 33 personas y 1 líder; El Elegido. La luz no superará la oscuridad, es la ley universal. El sol en todo su esplendor y grandeza, se ve ensombrecido por la oscuridad que lo envuelve."

"Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti."


TEXTO OCULTO DE COSTADO

Você será o próximo escolhido?
"¿Serás usted el próximo elegido?"


TEXTO OCULTO EN EL CÓDIGO DE FUENTE DE LA PÁGINA

arriba:
Não acharás a verdade em um código, você és a mentira, nós somos a verdade, e a verdade lhe achará.

"No hallaréis la verdad en un código. Eres una mentira. Nosotros somos la verdad y la verdad te encontrará."

abajo:
E então, abre-se as portas para um novo escolhido.
"Y luego, abre la puerta a un nuevo elegido."

viernes, 11 de septiembre de 2015

LA LANZA DE LONGINUS

De acuerdo con la leyenda, la lanza Sagrada (también conocida como lanza del Destino, lanza de Longino o lanza de Cristo) es el nombre que se dio a la lanza con la que un soldado romano, llamado Longino según untexto bíblico apócrifo, atravesó el cuerpo de Jesús cuando estaba en la cruz.




La lanza se menciona sólo en el Evangelio de Juan (19:33-34) y no aparece en ninguno de los evangelios sinópticos. En el evangelio se indica que los romanos planearon romper las piernas de Jesús, una práctica conocida como crurifragium, que era un método doloroso de acelerar la muerte durante la crucifixión de los condenados a este tipo de castigo. Momentos antes de que los soldados romanos así lo hicieran, vieron que él ya había muerto y por eso pensaron que no había ninguna razón para romperle las piernas. Para cerciorarse de que estaba muerto, un soldado le clava su lanza en un costado.


Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.

Juan, (19:33-34)

El fenómeno de la sangre y el agua era considerado como un milagro de acuerdo con Orígenes (aunque el agua se puede explicar biológicamente por la perforación del saco pericárdico) sin embargo, para los católicos tiene un significado más profundo: representa la Iglesia (específicamente los sacramentos del bautismo y la eucaristía) que fluyen del costado de Cristo, así como Eva surgió del costado de Adán.




La lanza era desconocida hasta que San Antonino de Piacenza (DC 570), describiendo los lugares santos de Jerusalén, nos dice que él había visto en la Basílica del monte de Sion «la corona de espinas con la cual coronaron a nuestro Señor y la lanza con la cual lo perforaron en el costado». [cita requerida] Una mención de la lanza también se hace en el Breviario de la Iglesia del Santo Sepulcro. La presencia en Jerusalén de esta importante reliquia es atestiguada por Casiodoro (485–585) así como en Los viajes de Gregorio (538–594), quien nunca estuvo en Jerusalén. [cita requerida]

En 615, Jerusalén y sus reliquias fueron capturados por las fuerzas persas de rey Cosroes II. Según el Chronicon Paschale, la punta de la lanza, que se había quebrado, fue dada en el mismo año a Nicetas, que la llevó a Constantinopla y la depositó en la iglesia de Santa Sofía. Esta punta de lanza, que fue fijada en un ycona o ícono, en 1244 fu



n 1913, por las calles de Viena, un miserable ex estudiante de arte intentaba en vano ganarse la vida vendiendo pequeñas acuarelas. Ocasionalmente, cuando el frío le impedía salir a la calle, vagaba por los corredores del museo del palacio Hofburg. Se sentía especialmente fascinado por un conjunto de piezas valiosas, conocidas como «las insignias de los Habsburgo». Entre ellas el joven vagabundo Adolf Hitler prestaba especial atención a la Santa Lanza, que la leyenda identifica con la que atravesó el costado de Cristo después que éste expirara en la Cruz.

La leyenda de la Santa Lanza se origina en el Evangelio según San Juan, 19: 33-37:

... pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero; él sabe que dice verdad para que vosotros creáis; porque esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: «No romperéis ni uno de sus huesos». Y otra Escritura dice también: «Mirarán al que traspasaron». El versículo siguiente cuenta cómo José de Arimatea obtuvo permiso para llevarse el cuerpo de Jesús y, ayudado por Nicodemo, lo colocó en una tumba en la noche de viernes santo.

Otras tradiciones orales y escritas, que comenzaron con los primeros cristianos y continuaron en la Edad Media, aseguran que el rico judío José de Arimatea se preocupó de preservar la cruz, los clavos, la corona de espinas y el sudario del que Cristo se levantó al tercer día. Por medio de las claves que dejó José, Helena, la madre del primer emperador cristiano, Constantino, pudo redescubrir estas reliquias.

Pero, según las mismas tradiciones, José había empezado su colección antes de la muerte de Cristo: después de la última cena, guardó la copa en la que Jesús había consagrado el pan y el vino. Después de la Resurrección, José conservó la copa junto con la lanza citada en el Evangelio: fueron llamados, respectivamente, el Santo Grial y la Santa Lanza.

Los viajes posteriores de José con el Grial y la Lanza fueron tema de relatos folklóricos y leyendas en casi todos los países de Europa. En España, en la catedral de Valencia se conserva uno de los «Santos Griales» mejor documentados: se dice que los primeros papas lo habían utilizado en Roma (adonde lo habría llevado San Pedro) hasta el año 258, en que fue enviado por San Lorenzo a Huesca, para rescatarlo de la persecución imperial. Posteriormente estuvo en San Juan de la Peña y en Zaragoza. Pero ésta es sólo una de las muchas historias en torno al Grial.

Los escritores medievales, comenzando por el poeta francés Chrétien de Troyes alrededor de 1180, vincularon el destino del Santo Grial y de la Santa Lanza con la aventura del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda, sobre todo con Lanzarote, Gawain y Perceval.

Paralelamente a estas historias -basadas en tradiciones celtas y en fragmentos de hechos históricos- subsistía la historia de que la Lanza, por lo menos, había sobrevivido a los siglos, pasando a veces a buenas manos, a veces a otras menos dignas. Quien la poseía adquiría un poder que podía ser usado para el bien o para el mal.

La Fascinación De La Lanza










Ésta era la leyenda del arma que tanto fascinaba al joven Hitler. Durante su primera visita a la lanza la estudió con todo detalle. Medía 30 cm de longitud, y terminaba en una punta delgada, en forma de hoja; en algún momento, el filo había sido ahuecado para admitir un clavo -al parecer, uno de los usados en la crucifixión-. El clavo estaba sujeto con un hilo de oro. La lanza se había partido y las dos partes estaban unidas por una vaina de plata; dos cruces de oro habían sido incrustadas en la base, cerca del puño.

Estos detalles que describen la fascinación de Hitler ante la lanza de los Habsburgo provienen del testimonio del doctor Walter Johannes Stein, matemático, economista y ocultista que afirmaba haber conocido al futuro Führer justo antes de la guerra del 14. Stein, que había nacido en Viena en 1891, era hijo de un rico abogado. Sería un erudito y un aventurero intelectual hasta su muerte, en 1957. Se licenció en ciencias y se doctoró en investigaciones psicofísicas por la Universidad de Viena. Luego se convirtió en experto en arqueología, arte bizantino primitivo e historia medieval; durante la primera guerra mundial, como oficial del ejército austríaco, fue condecorado por su valor.

En 1928 publicó un excéntrico panfleto, Historia del mundo a la luz del Santo Grial, que circuló por Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Cinco años después, el Reichsführer Heinrich Himmler ordenó que se obligara a Stein a trabajar en el «Buró ocultista» de los nazis, pero Stein huyó a Gran Bretaña. La segunda guerra mundial le sorprendió trabajando como agente del espionaje británico. Después de colaborar en la obtención de los planes de la «Operación Sealion» -la invasión de Inglaterra que proyectaba Hitler- fue consejero de Churchill, como asesor sobre las creencias ocultistas del líder alemán.

Stein nunca publicó sus memorias, pero antes de morir se hizo amigo de un ex oficial de comandos de Sandhurst, ahora periodista, Trevor Ravenscroft. Usando las notas y las conversaciones de Stein, Ravenscroft publicó en 1972 el libro Spear of Destiny (La lanza del destino) que por primera vez llamó la atención del público sobre la fascinación que sentía Hitler por la lanza de los Habsburgo.

¿Qué atractivo podía ofrecer la Santa Lanza, un símbolo cristiano, para el ex católico y violentamente anticristiano Adolf Hitler? Ya se había entregado a violentos desvaríos antisemitas, era un devoto discípulo del Anticristo de Nietzsche y sostenía su condena del cristianismo como «la última consecuencia del judaísmo».

Parte de la respuesta se encuentra en una tradición ocultista medieval vinculada con la historia de la Santa Lanza. Como cuenta el evangelio de San Juan, el soldado romano que hirió el cuerpo de Cristo cumplió, sin saberlo, las profecías del Antiguo Testamento (los huesos de Cristo no serían rotos). Si no hubiese hecho lo que hizo, el destino de la humanidad habría sido diferente. Según San Mateo y San Marcos, la verdadera naturaleza de Cristo fue revelada en ese momento al soldado, que se llamaba Cayo Casio Longinos: «Viendo el centurión que estaba frente a Él de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este hombre era hijo de Dios». (San Marcos, 15:39)

Para la mentalidad ocultista, un instrumento usado para un propósito tan importante se transforma en un foco de poder mágico. Y, como dice suscintamente Richard Cavendish, hablando del Grial y la Lanza en su libro El rey Arturo y el Grial:

Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser catastróficas para personas totalmente inocentes.










Según Stein, Hitler tenía conciencia de este concepto ya en 1912; de hecho, fue la obsesión de Hitler por la lanza y su poder de «varita mágica» el motivo de que los dos hombres de conocieran. En el verano de 1912, el doctor Stein compró una edición deParsival, romance sobre el Grial del poeta alemán del siglo XIII Wolfram von Eschenbach, a un librero ocultista de Viena. Estaba llena de comentarios manuscritos en los márgenes, que mostraban una combinación de sabiduría ocultista y racismo patológico. En las guardas, su anterior propietario había anotado su nombre: Adolf Hitler.

A través del librero, Stein encontró a Hitler y pasó muchas horas con él, horrorizado pero fascinado. Aunque pasarían años antes de que el mísero pintor de cromos diera los primeros pasos por el camino del poder, poseía ya un carisma maligno. A través de su tortuoso discurso, una obsesión destacaba claramente: tenía un destino místico que cumplir y, según Stein, la lanza era la clave.

Hitler describió a Stein cómo había adquirido la lanza su especial significado para él:

Lentamente me apercibí de una presencia poderosa que la rodeaba, la misma impresionante presencia que había experimentado interiormente en esas ocasiones únicas de mi vida en que había sentido que un gran destino me aguardaba... una ventana en el futuro que se abría, a través de la cual veía, en un relámpago de iluminación, un hecho futuro, en función del cual sabía, más allá de toda contradicción, que la sangre de mis venas se transformaría algún día en el vehículo del espíritu de mi pueblo.

Hitler nunca reveló la naturaleza de su «visión», pero Stein creía que se había visto a sí mismo un cuarto de siglo después en la Heldenplatz, frente al palacio Hofburg, dirigiéndose a los nazis austríacos y a los desconcertados ciudadanos vieneses. Allí, el 14 de marzo de 1938, el Führer alemán anunciaría su anexión de Austria al Reich alemán... y daría la orden de llevar los atributos de los Habsburgo a Nüremberg, hogar espiritual del movimiento nazi.


Una Curiosa Primacía


La toma de posesión del tesoro constituyó un gesto de benevolencia sorprendente, considerando que Hitler despreciaba a la casa de Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en un tren blindado provisto de una guardia de SS, y cruzaron la frontera alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi. Stein creía que, cuando Hitler tuviera la lanza en su poder, sus ambiciones latentes de conquista empezarían a crecer y florecer.

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su control. La leyenda parece haber sido confirmada por una inquietante coincidencia que marcó el final de su conexión con la Lanza.

Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza, junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad, defendida por 22.000 SS, 100 panzers y 22 regimientos de artillería. Durante cuatro días, la veterana división Thunderbird martilleó a estas formidables defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler cumplía 56 años- la bandera americana victoriosa fue izada sobre las ruinas.

Durante los días siguientes, mientras las tropas norteamericanas localizaban a los supervivientes nazis y comenzaba el largo proceso de los interrogatorios, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno Militar, al mando del teniente William Horn, era enviada en busca del tesoro de los Habsburgo. Por casualidad, un proyectil había facilitado su tarea, volando una pared de ladrillo y dejando a la vista la entrada de la bóveda. Después de algunas dificultades con las puertas de acero de la misma, el teniente Horn entró en la cámara subterránea y echó una ojeada a la polvorienta oscuridad. Allí, sobre un lecho de descolorido terciopelo rojo, estaba la fabulosa lanza de Longinos. El teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945, está registrada en los textos de historia.

Y, por escépticos que sean los críticos -acerca de Walter Stein, el ocultismo en general y las leyendas de la Santa Lanza en particular- también es un hecho histórico que a unos cientos de kilómetros de distancia, en un bunker de Berlín, Adolf Hitler eligió esa tarde para coger una pistola y quitarse la vida
.
A principios de este siglo existían por lo menos cuatro «Santas Lanzas» en Europa. Quizá la más conocida fuera la que se conservaba en el Vaticano, aunque la Iglesia Católica parecía considerarla sólo una curiosidad. Ciertamente, las autoridades papales nunca le atribuyeron poderes sobrenaturales.

Una segunda lanza estaba en París, adonde había sido llevada por San Luis en el siglo XIII, cuando volvió de la cruzada a Palestina.

Otra, conservada en Cracovia (Polonia), era sólo una copia de la lanza de los Habsburgo. Ésta es, posiblemente, la que posee una genealogía mejor. Fue descubierta en Antioquía, en 1098, durante la primera cruzada, pero el misterio -y posiblemente la imaginación oscurecieron las circunstancias del hallazgo. Los cruzados habían sitiado con éxito la ciudad y la habían ocupado, cuando una banda de sarracenos fuertemente armada llegó e invirtió la situación, encerrando a los cruzados dentro de las murallas de la ciudad. Tres semanas después la comida y el agua escaseaban, y la rendición parecía el único camino. Entonces, un sacerdote dijo haber tenido una visión milagrosa de la Santa Lanza, enterrada en la iglesia de San Pedro. Cuando las excavaciones en ese sitio revelaron la presencia de una lanza de hierro, los cruzados se sintieron llenos de un renovado ardor y rompieron el cerco, derrotando a sus enemigos.



Las tradiciones germánicas, que no coinciden demasiado con esas fechas, afirman que la lanza de los Habsburgo fue llevada como talismán por Carlomagno, en el siglo IX, durante 47 campañas victoriosas. También le había conferido poderes de clarividencia. Carlomagno murió cuando la dejó caer accidentalmente.

La lanza pasó a manos de Heinrich el Cazador, quien fundó la casa real de Sajonia y empujó a los polacos hacia el este... una prefiguración de su propio destino, pudo haber pensado luego Hitler. Después de pasar por las manos de cinco monarcas sajones, llegó a manos de losHohenstauffen de Suabia, que les sucedieron. Un destacado miembro de esta dinastía fue Federico Barbarroja, nacido en 1123. Antes de morir, 67 años más tarde, Barbarroja conquistó Italia y obligó al Papa a exiliarse; de nuevo, Hitler bien pudo haber admirado la dureza brutal de aquel personaje, combinada con una personalidad carismática que fue la clave de su éxito. Pero, al igual que Carlomagno, Barbarroja cometió el error de dejar caer la lanza mientras vadeaba un arroyo en Sicilia. Murió pocos minutos después.
e vendido por Balduino II de Constantinopla a Luis IX de Francia y fue guardado con la corona de espinas en la Sainte Chapelle de París. Durante la revolución francesa, estas reliquias fueron llevadas a la Bibliothèque Nationale y posteriormente desaparecidas (la actual «corona de espinas» es una guirnalda).

En cuanto a la porción más grande de la lanza, Arculpus la vio en la iglesia del Santo Sepulcro alrededor de 670 en Jerusalén; sin embargo no hay otra mención de ella tras el saqueo de 615. Algunos dicen que la porción más grande de la reliquia se llevó a Constantinopla en algún momento durante el siglo VIII, posiblemente al mismo tiempo que la corona de espinas. En algún momento, su presencia en Constantinopla parece ser claramente atestiguada por varios peregrinos, particularmente de origen ruso. Y aunque posteriormente fue depositada en varias iglesias, parece ser posible rastrearla a diferencia de la reliquia de la punta. Sir Juan Mandeville declaró en 1357 que había visto la cuchilla de la lanza Sagrada en París y también en Constantinopla, y que la reliquia de esta última ciudad era mucho más grande que la de París. [cita requerida]

Cualquiera que haya sido la reliquia de Constantinopla, cayó en las manos de los turcos, y en 1492, bajo circunstancias minuciosamente descritas en la Historia de los Papas (escrita por Pastor), el sultán Bayaceto envió la reliquia a Inocente VIII para forzar al Papa a que continuase guardando preso a su hermano Zizim (Cem). En este punto hubo en Roma grandes dudas de su autenticidad, según relata Johann Burchard, por la presencia de otras lanzas rivales en París (la punta que había sido separada), Núremberg (la lanza de Viena) y Armenia (la lanza de Etschmiadzin). [cita requerida] A mediados de 1700, el Papa Benedicto XIV dijo que obtuvo un dibujo exacto de la punta de la lanza de París, y que comparándola con la reliquia en la basílica de San Pedro estaba satisfecho de que las dos formaran una sola cuchilla. [cita requerida]

La reliquia nunca ha salido de Roma (donde se encuentra preservada bajo el domo de la basílica de San Pedro), aunque la Iglesia Católica Romana no ha hecho declaraciones sobre su autenticidad.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL BURDEL DE LAS PARAFILIAS Capítulo 3:



EL BURDEL DE LAS PARAFILIAS
Capítulo 3: Hibristofilia, masoquismo y Bundy
Ahí estaba Alyssa Romanova (Liss), entrevistándose con una nueva clienta, recibía a unos 40 al día, de los cuales apenas la mitad aceptaban los términos del acuerdo y muy pocos eran los que hacían peticiones interesantes. Frente a ella se encontraba una joven de diecinueve años, bastante delgada que evitaba hacer contacto visual, llevaba una falda corta y una camiseta de tirantes, su nombre era Jazmin Auz.
-De acuerdo señorita Auz, ¿vino por qué tiene algo en específico en mente o quiere que le sugiera alguna de nuestras parafilias más populares?




-He pensado en algo pero es…es algo imposible – al escuchar esto Alyssa apenas evitó hacer un sonido de molestia, escuchaba esa palabra muchas veces al día y rara vez precedía a una fantasía difícil de realizar, normalmente se referían a alguna situación incestuosa o de adulterio, nada que un buen secuestro no pudiera solucionar, sin embargo en muy raras ocasiones había circunstancias más complejas pero no había imposibles para ella.
-Esa palabra no existe para nosotros. – respondió Liss con completa convicción.
-Quiero tener sexo con Ted Bundy – le respondió Jazmin mirándola por primera vez a los ojos y desviando de inmediato la mirada retomando su tono tímido – Bueno, no tendría que ser él, no quiero tener sexo con un esqueleto…podría ser un imitador.
-Ted Bundy, buena elección, ¿tiene alguna otra petición?
-Sí, quiero que sea agresivo pero no lo suficiente como para hacerme daño permanente.
Liss le dijo que su habitación estaría lista pronto y le indicó que esperara en la sala dos, Jaz entró tímidamente a aquél lugar ruidoso y tomó asiento lejos del resto de la gente. En el escenario había una mujer desnuda y amordazada de pie con los brazos y piernas atados a los extremos del lugar, a su lado había una mujer con un vestido diminuto de cuero que portaba una máscara de conejo negra que dejaba al descubierto sus labios y a la orilla había una anciana de aspecto maligno sentada en una mecedora con una canasta llena de utensilios diversos.
La coneja se acercó a la mujer encadenada con un machete gigantesco, acarició su cuerpo y mordió uno de sus pezones haciendo que se estremeciera, se introdujo dos dedos a la boca para humedecerlos y empezó a manipular el clítoris de su esclava que a pesar del temor no pudo evitar sentir placer. Con la mano libre alzó el machete y lo dejó caer sobre el muslo izquierdo de su víctima rebanándolo cual si fuera un filete provocando que se retorciera frenéticaente y gimiera de dolor, le arrojó el trozo de piel a la anciana que comenzó a manipularlo con sus arrugados y deformes dedos.
La torturadora siguió desollándola como un fuera un animal, jalándolo la piel y utilizando el machete cuando era necesario mientras su víctima lloriqueaba suplicante, arrojaba los trozos de piel a la anciana que movía las manos con una velocidad anormal y no permitía ver lo que hacía con aquellos restos humanos.
El escenario estaba salpicado de sangre y la víctima ya no reaccionaba demasiado, sin embargo Jazmìn estaba impresionada, quería tocar aquel cuerpo rojizo y viscoso que apenas conservaba piel en sus manos, piel y rostro.
La sádica liebre tomó unas pinzas de entre las herramientas de la anciana, le quitó la mordaza a la figura ensangrentada y comenzó a arrancarle los dientes uno por uno arrojándoselos a la anciana que los tomaba y usaba para un propósito desconocido; cuando terminó con la dentadura la observó, ya no conservaba fuerza alguna y apenas se detenía por las largas cadenas, acarició su rostro agonizante con sangre fluyendo de las encías lastimadas y lo besó procurando lamer toda la sangre en él. De pronto la voz de la anciana la interrumpió, había terminado su extraño cometido.
De pie se podía notar que la anciana no podía medir más de un metro cincuenta, caminó hacia la enmascarada sosteniendo el montón de piel humana, desató su pequeño atuendo de cuero dejándolo caer al suelo mostrando un juvenil cuerpo perfecto y en su lugar colocó los trozos de piel que había convertido en un vestido, le quitó la máscara y la remplazó por una diadema que había decorado con los dientes arrancados; al retirarse la anciana, Jazmin pudo notar que la sádica coneja era tan sólo una jovencita de de 15 años.
Con el vestido de piel y la diadema parecía una versión gore del hada de los dientes, caminó por el escenario cual si se tratara de una pasarela y finalmente hizo una reverencia ante el público que estalló en aplausos. Jaz estaba maravillada ante el espectáculo y se unió al entusiasmo general, hasta que una voz aguda la asustó.
-Señorita Auz, su habitación está lista – le dijo una maid – Le corresponde la 207, sígame.
Jazmín la siguió hasta el segundo piso, entonces le entregó una tarjeta y una pequeña llave, ambas con el número 207 en ellas; le pareció un poco extraño que la acompañara hasta ese punto pero no hasta su habitación, sin embargo no le dio importancia y se dedicó a buscar su habitación.
Todas tenían grandes puertas metálicas lo que la puso un poco nerviosa pero siguió caminando hasta la 207 y deslizó su tarjeta por la ranura indicada, la puerta se deslizó automáticamente, dio un par de pasos dentro y volvió a cerrarse asustándola, tras un pequeño pasillo había una puerta de madera con un letrero en ella “T. Bundy”, por un momento se sintió como Clarice visitando a Lecter pero a diferencia de ellos, aquí no habría un vidrio entre ambos. Introdujo la llave en la cerradura rogando que la fama del lugar estuviera justificada y que no apareciera frente a ella un imitador de Bundy regordete y grotesco, giró la llave y entró al lugar.

Era un cuarto de hotel como cualquiera con escasos muebles (tal parecía que hasta ahí había llegado su presupuesto), y pudo ver a un hombre en cuclillas que parecía muy abstraído en alguna actividad pues ni siquiera volteó cuando ella cerró la puerta. Estaba de espaldas así Jazmín se acercó cautelosamente intentando descubrir que es lo que hacía, cuando estuvo a apenas un metro de distancia lo averiguó con horror, estaba agazapado sobre el cadáver de una mujer extrayendo sus intestinos con la ayuda de un largo cuchillo.
Jaz no pudo reprimir un grito y el hombre giró hacia ella, era increíblemente parecido a las fotografías y videos que había visto de Ted Bundy; el cruel asesino salpicado de sangre dejó al cuerpo inerte y se acercó a ella sosteniendo aún su afilada arma; la mujer estaba paralizada por una oleada de excitación y terror que aumentó cuando él la sostuvo fuertemente de la cabellera y la besó con brusquedad para luego abofetearla con tanto ímpetu que la derribó.
El rostro de Jazmín ardía y palpitaba deliciosamente por el dolor y deseó a ese hombre más que nunca, él se arrodilló frente a ella, recorrió sus piernas desnudas lentamente con el cuchillo hasta llegar a su falda que cortó violentamente causándole heridas en los muslos, su ligera camiseta cedió fácilmente ante el filo al igual que su ropa interior.
Aquel psicópata cerró una de sus largas y fuertes manos alrededor del cuello de Jazmín mientras la penetraba bestialmente, luego tomó las piernas de la joven y las puso sobre sus hombros tras lo cual comenzó a propinarle fuertes puñetazos en el rostro hasta hacerla sangrar.
Ella gozaba con ese intenso dolor que ninguno de sus previos amantes había logrado proporcionarle y sufrió un espasmo casi orgásmico cuando sintió como su labio inferior se rompía liberando una buena cantidad de sangre que lamió con una mueca lasciva, lo que enfureció a su compañero.
- ¡Así que te gusta la sangre, perra! – pronunció él al mismo tiempo que la arrastraba por el cabello hasta donde se encontraba el cadáver y la arrojó de bruces contra él. Bundy la mantuvo así, de rodillas frente a aquel despojo humano y le introdujo su palpitante miembro por el ano mientras azotaba su cabeza contra los órganos expuestos de lo que alguna vez fue una mujer.
Así, siendo sodomizada, con la cabeza hundida entre vísceras y sintiendo como aquel asesino serial le tajeaba en la espalda y las piernas que se humedecían de sudor y sangre Jazmín tuvo el mayor orgasmo de su vida y al poco tiempo sintió como sus heridas eran salpicadas de líquido seminal.
-Ahora lárgate si no quieres terminar como ella - le dijo Ted señalando al cadáver que le había servido de almohada. Jazmín se envolvió con una sábana, tomó rápido el par de llaves y salió de aquél cuarto, sonrió satisfecha (o al menos lo intentó ya que su maltrecho y adolorido rostro no podía gesticular del todo) sin embargo su sonrisa se desvaneció cuando notó que la puerta no tenía una ranura para deslizar su tarjeta como en el exterior, de hecho no se veía ninguna posible forma de abrirla desde adentro. Intentó empujarla, deslizarla e incluso golpearla pero nada funcionó, de pronto escuchó una voz y se dio cuenta de que provenía de un interfon.
-¿Ha terminado señorita Auz? – pronunció la voz de Liss.
-Sí, ya quiero salir – respondió ella observando con temor la puerta con aquella inscripción “T. Bundy”.
-Claro, aunque antes debemos hablar de su pago.
-Bien, déjeme salir de aquí y podremos hablar de eso. – dijo sin dejar de mirar hacia la puerta.
-No es necesario, verá, el sr. Bundy realizó un viaje bastante largo para complacerla y sería injusto que se marchara tan pronto, así que su pago será mantenerlo entretenido un poco más.
-Pero…- un sutil sonido indicaba que la comunicación se había cortado, Jazmín gritó suplicante que la dejaran salir mirando aterrorizada aquella puerta de madera y sus ojos se humedecieron en aquel hinchado rostro cuando Ted fue el único que reaccionó con sus gritos.
-Ah, sigues aquí – le dijo obligándola a entrar de nuevo al cuarto mientras ella lloriqueaba y forcejeaba tratando de liberarse inútilmente.
Él la ató a una silla, desprendió el largo tubo metálico del clóset con el que contaba aquella habitación y comenzó a golpearla con furia, a ella el dolor dejó de parecerle estimulante cuando sintió como los huesos de sus piernas se rompían y sobresalían de su piel, ya no veía a aquel hombre como un sex symbol si no como el monstruo sádico que era, hasta que de pronto la miró casi misericordiosamente recuperando un poco de su encanto.
-Me da tanta pena ver a un hermoso rostro como este tan maltratado – pronunció acariciándola, tomó una funda de almohada y se la colocó en la cabeza atándola fuertemente en el cuello limitando la respiración de Jaz al mínimo.
Jazmín sentía todo su cuerpo como una gran herida abierta y creyó que era imposible sentir aún más dolor, escuchó que su agresor se alejaba y pensó que por fin se había aburrido de ella, de pronto el sonido de madera rompiéndose la asustó, ya que tenía el rostro cubierto no tenía idea de que hacía Bundy. De pronto sintió como él abría sus adoloridas piernas y deslizaba una mano hacia su vagina, no pudo evitar sentir un poco de placer ante ese contacto pero se desvaneció rápidamente cuando la pata de una silla penetró dentro de ella, quiso gritar pero la presión sobre su garganta se lo impidió y comenzó a sentir como la vida se escapaba de su cuerpo.
Jazmín se despertó sobresaltada en su cama, sudor frío resbalaba por su espalda, llevó las manos al cuello para comprobar que ahí no había nada, luego corrió a mirarse al espejo de su tocador, tenía el labio inferior morado e hinchado al igual que el ojo izquierdo pero nada más y en una esquina del espejo miró una tarjeta que decía: “El burdel de las parafilias”, leyó el reverso, sonrió ampliamente y dijo:
-Claro que volveré.